lunes, 30 de julio de 2012

La gente cambia

Tras unos días de vacaciones alternando tierras gallegas con Portugal, regreso cansado pero con fuerzas recargadas para reventar lo que queda de verano. Ha sido un viaje de descubrimiento, nunca había estado por esa zona y he salido bastante contento. Poco después de pisar tierras gallegas, especialmente Vigo, donde he estado alojado, te das cuenta de que el ambiente es diferente, la gente no es la misma que en otros lugares. He visto mundo, pero creo que nunca había denotado una sociedad tan abierta a la gente como la gallega. Es un placer personal poder hablar con gente que no conoces y no te miren mal, te respondan siempre (o casi siempre) con una sonrisa y con la 'campechanía' tan poco habitual de la sociedad actual. El mundo tendría que empezar a mirarse a sí mismo y sonreír más, eso es vital. Y sé que la gente puede hacerlo con un poco de esfuerzo, pues la gente cambia con el paso de los años, ahora vivimos en tiempos donde reír parece imposible, pero debería ser el momento histórico de la humanidad dónde más deberíamos sonreír... Parece que no, pero serviría más de lo que en un principio puede esta tontería parecer. Si no podemos cambiar el estado de las cosas, cambiemos nuestro propio estado, y eso ya será un paso adelante para un cambio que está por llegar.

Y la gente cambia o puede cambiar como los protagonistas de esta nueva historia. Una nueva sombra humana que se ha presentado ante mí en el tren de vuelta a Barcelona tras mis vacaciones. Hace tan solo unas horas se subía en el tren de Ourense una mujer de unos 60 años. Lolita es su nombre y 'sacrificio' podría ser su apellido. Su vida personifica lo que implica hacer una promesa. Esta mujer prometió hace muchas décadas que volvería a verse con sus dos mejores amigos de la adolescencia, separados por la dictadura y las necesidades de trabajo de la familia: Isabel y Felipe son el nombre de sus colegas. Pero tal vez, la historia no sería igual si no fuera porque hace cinco años que hace el mismo viaje en vano. Prometieron volver a verse 40 años después en el último lugar donde estuvieron juntos y a la misma hora; las 21:00. No sé ni por qué 40 años ni en qué lugar estuvieron juntos por última vez, el caso es que ese lugar es algún rincón de una Barcelona que se debería encontrar muy cambiada cuando regresó hace ya 5 años para ver que sus esfuerzos y sacrificios para cumplir su promesa eran inútiles al ver que ya no había rastro de ninguno de sus dos amigos.

Me confesaba Lolita que el día que regresó a Barcelona ya tenía la sensación de que no iba a encontrarse con nadie, pero que el simple hecho de volver donde se había criado y donde la habían educado ya le era suficiente para recordar su vida. Ella ya se siente satisfecha por haber cumplido su promesa.

- Ni tan si quiera sé si estarán vivos, al principio de separarnos nos escribíamos cartas, y hace 20 años conseguí ponerme en contacto con Isa, vía telefónica. Me dijo que quería que viniera para los JJOO de Barcelona, que le gustaría verme y ver mi cara de sorpresa al ver el gran cambio que había sufrido la ciudad.
Evidentemente, todo cambia en esta vida. La ciudad cambió... Y ellos también cambiaron, pero al menos yo cumplí mi promesa -me decía con clara angustia en sus ojos, intentando no llorar.

- Y mira que he intentado llamarles durante estos últimos 5 años para saber por qué no se reúnen conmigo, pero no hay manera de que localizarles. Si supieras por todo lo que pasamos nosotros tres... -argumentaba con su voz de marcado acento gallego. ¡Hasta a mí en 5 días se me ha enganchado esa peculiar voz gallega! Pues no me imagino en 40 años...

Tal vez hoy estuvieran sus dos amigos, y sino ojalá algún día se los encuentre allá donde sea que se prometieran reencontrar.

Al escuchar su historia, esa promesa que ella ha cumplido, esa esperanza en sus ojos de poder volver a verse con sus amigos de adolescencia, he recordado que yo también tengo una promesa por cumplir y que ya llevo tiempo construyéndola para que acabe de forjarse tal y como quiero. Al fin y al cabo, creo que todos tenemos una promesa en la vida, o más, por cumplir. No debemos dejar una promesa de lado, es traicionarnos a nosotros mismos y tal vez a más gente, como sucede en el caso de ese trío de amigos. Porque tal vez una ciudad, un bosque, una carretera, una casa o una persona puedan cambiar, y de hecho cambian, pero una promesa no debe cambiar jamás.



 Nota: Las fotos adjuntadas en esta entrada del blog han sido realizadas por http://chezsanabres.blogspot.com.es/ El acompañante y guía!!

martes, 5 de junio de 2012

90, 180, 360

Pronto hará cinco años que conocí a una de las sombras humanas más increíbles que haya conocido nunca. Esa persona yacía en silencio en una cama luchando contra un revés de la vida: el cáncer. Seguramente, si el mundo hubiese tenido la ocasión de conocerle habría cambiado un poco a positivo. 


Tras un año de lucha, los que ha su lado estuvimos pudimos aprender muchas cosas. Normalmente cuando una persona está enferma de gravedad sueles aprender mucho de la vida: a luchar, a no darte por vencido nunca, a no quejarte de gilipolleces, a no enfadarte por cualquier tontería, a disfrutar de todo y de todos. Pero aquel chico supo enseñar más cosas, tenía, como muchos dirían; "ángel". Y tener ángel es algo que no tiene mucha gente hoy en día. Cuando le conocí apenas hablaba, era tímido, un tanto feliciano, pero bastante distante. Pero algo ocurrió en el ambiente que nos unió a mi y a otra chica en una gran amistad. No sabría decir qué fue, pero aquel 16 de junio del 07 es un día para recordar. De todas las cosas que llegó a explicarnos, siempre con una sabiduría filosófica bastante inquietante algunas veces, recuerdo cuando hablando de la chica que le gustaba, una joven con leucemia, soltó (en catalán):


-  "Esa chica me ha cambiado algo, me ha provocado un giro de 180º."


Extrañado por eso de los 180º, le pregunté a qué se podía estar refiriendo, y comenzó con su explicación:


- Mira, siempre he pensado que la vida que nos rodea a todos está basada en tres tipos de giros. Los de 180º, que son esos giros que te cambian la vida. Estos pueden estar provocados por una persona de la que te has enamorado, por una persona con la que te has peleado duramente y erais amigos de infancia, o cuando alguien que está muy unido a ti se va a vivir muy lejos o alguien muere. La vida te cambia por completo. También están los giros de 360º, que sería como una continuación de los giros de 180º, por ejemplo: Cuando tu te enamoras de una persona y le pides de ser tu novi@ puede empezar una relación, eso sería un giro de 180º, pero durante el transcurso de la vida es posible que cortes con esa persona o viceversa, eso provocaría que el giro inicial de 180º pasara a ser de 360º, pues tras cambiarte la vida hay un proceso que te lleva al punto de partida, volviendo a ser quien eras antes de todo. 


Mientras explicaba eso recuerdo que pasó una mujer llorando, acababa de morir alguien allí al lado y eso seguro que le acababa de cambiar la vida para siempre a esa persona. Pero el relato no concluyó ahí.


- Y finalmente también están los giros de 90º. Esos no te cambian la vida, son instantes, momentos, que también pueden ser personas, una pequeña conversación, una canción, una obra de teatro, un acontecimiento, un concierto o tal vez una película que pueden cambiarte durante un rato, pero cuando termina vuelves a ser quien eras, aunque te llevas su recuerdo y eso es lo más importante.


Mágico. Cuánta razón tenía. Todos hemos tenido algún momento en la vida que nos ha cambiado un poco o totalmente, y seguiremos teniendo momentos así. Simplemente doy las gracias por haber tenido aquella conversación con él, tan solo tres semanas después de conocerle.


Y son esos 90º los que me permiten hilar perfectamente con la película que fui a ver el otro día al Comèdia, donde la mujer de las palomitas permanecía en silencio y angustiada por su futuro. La película se titulaba 'Els nens salvatges'. Ha sido la primera película que he ido a ver fuera de mis habituales visitas a La Maquinista y lo agradezco. Es una película interesante, bastante impactante. Tiene una manera de tratar la temática sencilla pero real. Se aleja de las exageraciones que han adoptado algunas películas de este genero y con más propaganda. Brillante actuación de las tres figuras adolescentes y destacable aparición de Aina Clotet y también de Clara Segura, divertida en su papel de madre un poco extravagante. Magnífico guión, pero con un final un tanto previsible desde el principio. Es una pequeña joya más del cine catalán y debe verse. Seguramente no sea la película de mis sueños, ni se acerca, pero tenía algo que me cambió un poco más, me cambió durante 1'30''... Sufrí un giro de 90º en mi vida.


Y poco más por hoy, tan solo decir que el 16 esta cerca para seguir recordando a ese grande de la humanidad. Sombras desconocidas seguiré encontrando, pero tal vez ninguna sea como aquella... Bueno, quien sabe qué nos depara el futuro. 


Dejo esta canción que siempre me recuerda a mi amigo, no es un grupo que me guste mucho, pero siempre he relacionado su vida a esta canción: Whiskyn's – A Fora




Nota: A partir de ahora cuelgo una lista "TOP3 semanal" de las 3 canciones que más me han enganchado los anteriores siete días. ¡Gracias y hasta la próxima! 



domingo, 27 de mayo de 2012

Palomitas con amor

Primero de todo quiero anunciar que esta primera entrada va dedicada a http://chezsanabres.blogspot.com.es/ . Buen amigo, de esos que te sorprenden con algo cada día, como tiene que ser.

Y ahora sí, vamos allá. No me andaré con rodeos de presentaciones ni cosas de esas, solo gracias a los que a partir del día en que me encontréis decidáis hacer de este blog una de vuestras páginas de visita constante.

Esta página hablará sobre muchas cosas, no tiene un guión concreto (tal vez lo tenga con el paso del tiempo), pero cada entrada hablará siempre sobre una persona, una de esas persona anónimas que nadie conoce y tal vez tampoco conocerá jamás. Esas personas que son sombras a nuestros ojos, pero que esconden a un ser especial detrás de la piel. Habrá cabida a todo tipo de comentarios de actualidad y sobretodo intentaré darle un espacio siempre que pueda a la música, el cine, el teatro y libros (siempre que pueda terminarme alguno). Para mí estos sí que son los cuatro elementos de la vida, tal vez podríamos vivir sin alguno de ellos, pero no sería lo mismo, seguro. 

Y esa primera persona de la que hoy toca hablar es una mujer, una mujer cuyo nombre desconozco pero que he decidido que no será la última vez que vea. Ayer acudí por primera vez a unos cines diferentes a los que voy, más por obligación de cartelera que por gusto, pues todo lo que se aleje de La Maquinista me va bastante mal por motivos de transporte. 'Cine Comèdia' es el nombre que recibe ese tumulto de salas enormes, llenas de cómodos asientos que ayer visité para ver, como no, una película. Situados en 'Gran Via de Les Corts Catalanes' con 'Passeig de Gràcia', en pleno centro de Barcelona, allí dentro se esconde una persona bastante interesante. La conversación fue totalmente espontánea y más corta de lo deseado. La primera impresión, junto con una amiga que me acompañó, fue que era una borde, un prejuicio totalmente gratuito, solo porque hizo su trabajo y no nos dejó pasar dentro del establecimiento... Minutos después descubrimos que sus motivos estaban bien justificados, y es que en los 'Comèdia' tienes que esperar en la calle hasta que se vacíe la sala a la que vas a asistir, no pudiendo entrar ni a comprar algo para picar o beber durante la película. 

Tras entrar y elegir asiento y fila (un motivo más para ir más a menudo a esos cines), salí de la sala para comprar palomitas y bebida. Allí estaba sirviendo la misma mujer que anteriormente estaba de control en la puerta. 

- "¿Palomitas grandes, medianas o pequeñas?"

Así y con una sonrisa que contradecía su "bordería" de antes me recibió en esa paradita tan bien decorada, chillona, con muchos colores. Tras comprarlas sin mucho más que destacar de ese momento, volví  cinco minutos después para comprar unas cuantas palomitas más que a mi acompañante se le habían antojado. Y entonces sí que rompió el hielo...

- "Hombre que bien, además seguro que os gustan mucho, llevo 20 años haciéndolas, siempre con mucho amor, me encanta". 
- "¿20 años en estos cines?" -pregunté.
- "Pues sí... pero ahora ya no sé si podré seguir haciéndolas. Después de tantas caras, tantas conversaciones, tantas personas que salían riendo, otras que salían llorando, ya nada me garantiza que pueda quedarme aquí, no tenemos dinero y en cualquier momento la crisis me puede echar de aquí, y esos momentos se borrarán..."

Una verdadera pena, la verdad. Las grandes potencias comerciales del cine se están llevando el mérito que con tanto esfuerzo otros cines más místicos y históricos se han estado ganando. 

Esperemos que esa mujer pueda seguir haciendo sus palomitas con amor durante muchos años, que pueda seguir disfrutando de las sonrisas y los llantos de esas ya pocas personas que deciden gozar de esos cines olvidados de Barcelona. Invito a todo el mundo que varíe un poco de cines, menos Maquinista y Heron City, y más Comèdia, Verdi, Renoir... Una reflexión que me voy a aplicar yo también.



Y sí, las palomitas muy ricas, que también es importante. 


En la próxima entrada hablaré sobre la película que ayer vi. Y entrará en escena una de las personas más importantes que haya conocido y conoceré en mi vida...